Si eres un extranjero que se ha casado fuera de España y estás viviendo en España, puedes solicitar el divorcio en este país siempre y cuando se cumplan ciertos requisitos. El proceso de divorcio para un extranjero no es muy diferente al de un ciudadano español, pero puede haber algunas consideraciones adicionales que debes tener en cuenta.
Requisitos para que un extranjero pueda solicitar el divorcio en España
Para que una persona extranjera pueda solicitar el divorcio en España es imprescindible que el matrimonio esté registrado en el Registro Civil español. De no estarlo, el matrimonio no estará reconocido legalmente en España y, por tanto, no podrá divorciarse.
Otro requisito es tener la residencia en España, pero depende del tipo de proceso de divorcio que se vaya a seguir:
- Para un divorcio de mutuo acuerdo será necesario que al menos uno de los dos cónyuges sea español y resida en España, o que, si ambos cónyuges son extranjeros, los dos residan en España.
- Para un divorcio contencioso, será el demandado quien deberá tener residencia española, independientemente de su nacionalidad.
Procesos de divorcio
En España, tal y como te explicamos aquí, en España existen dos tipos de divorcio: de mutuo acuerdo y contencioso. En ambos casos el proceso es exactamente igual para nacionales y para extranjeros.
A modo de resumen, en el caso del divorcio de mutuo acuerdo ambos cónyuges deberán acordar los términos que regularán su relación, la relación con sus hijos y los bienes una vez disuelto el matrimonio y recogerlos de mutuo acuerdo en un convenio regulador. Este convenio deberá ser presentado ante el juzgado y aprobado por un juez y, en caso de que el divorcio afecte a algún menor, por el Ministerio Fiscal.
Los divorcios de mutuo acuerdo son mucho más rápidos y sencillos que los contenciosos, especialmente los divorcios notariales. Los divorcios notariales son la opción más elegida por nuestros clientes extranjeros para divorciarse en España. Son iguales a los divorcios de mutuo acuerdo: ambos cónyuges deben acordar las normas que regularán su relación una vez que ya no estén casados. La diferencia es que, en lugar de hacer la ratificación de su acuerdo ante un Juez, se hace ante notario, lo que ahorra mucho tiempo de espera por la cita en el Juzgado. Incluso, una vez redactado el convenio, los cónyuges pueden estar divorciados en 48 horas.
Por otro lado, si el divorcio se lleva a cabo de manera contenciosa, los cónyuges irán a juicio y será el Juez quien, habiendo escuchado a ambas partes, determine el Convenio Regulador.
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Documentación necesaria
Lo primero que debemos tener en cuenta es que, si los documentos a aportar estuvieran en un idioma distinto al español, deberán ser traducidos por un traductor jurado.
Además, también deberán ser autentificados. Esta autentificación se hace de dos maneras: para documentos emitidos por autoridades de países pertenecientes a la Unión Europea, se podrá hacer mediante una mera legalización. Pero para países extracomunitarios se deberá hacer mediante una apostilla de la Haya.
Reconocimiento del divorcio en el país de origen
El proceso para que el divorcio formalizado en España sea reconocido en el extranjero, varía en función del país, sobre todo de si ese país pertenece o no a la Unión Europea.
La resolución judicial del divorcio será reconocida por todos los países pertenecientes a la UE (excepto Dinamarca) sin necesidad de llevar a cabo ninguna gestión.
Sin embargo, si el país no es miembro de la Unión Europea habrá que consultar los acuerdos bilaterales que ese país tenga con España.